En estas recetas, el jefe de Urología del Puerta del Mar simulaba haber atendido a determinados pacientes a los que prescribía un medicamento, en su inmensa mayoría, del laboratorio Madaus, o que posteriormente eran completadas por M. G. P., consignando el nombre de pacientes ficticios, que no habían sido atendidos en esas ocasiones por el urólogo, y a los que no se había prescrito el medicamento, o ya habían fallecido.
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