Los inmigrantes venidos a la comunidad poseen, por término medio, mejor formación que los andaluces, aunque acaparan mayoritariamente los puestos de trabajo que no exigen cualificación, según concluye el estudio realizado por el investigador Sebastian Rinken para el Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejería de la Presidencia. Un 28% de los extranjeros residentes en Andalucía afirma que dispone de estudios universitarios, una tasa que se dispara con los procedentes de Europa del Este y de Iberoamérica hasta el 36%. Frente a esto, sólo un 13% de los andaluces ha pasado por la universidad. La proporción no mejora cuando se trata de formación de segundo grado. La paradoja, según Rinken, es que dos de cada tres trabajos que no exigen cualificación lo ocupan estos inmigrantes. Además, tres de cada cuatro trabajadores foráneos obtienen unos ingresos mensuales que oscilan entre los 250 a los 1.000 euros. Sus principales ocupaciones son la de peón agrícola, empleados del hogar, limpieza, peones de la construcción y vendedores ambulantes.
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