
Bravo por Chile y por todos los que de una forma u otra, han participado del rescate de los 33 mineros atrapados.
La técnica, la suerte, la coordinación, y para los creyentes, una manita que echó Dios.
Ahora a celebrar el gran acontecimiento, pero luego a pedir cuentas a los culpables de ese derrumbe.
Una mina en condiciones no tiene porqué venirse abajo, alguien de mantenimiento o de lo que sea, tendrá que asumir responsabilidades.
Enhorabuena Chile!!!
4 comentarios:
Gracais a Dios, que pueden contarlo
Besos
nela
¡Que buena noticia!, gracias a Dios que están sanos y salvo y aguantar ahí abajo es una labor titánica.
Un abrazo.
Estoy con vosotras chicas, es una estupenda noticia:)
bss
Así será, Blu. Gracias por la mención a mi país
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