Acabo de escuchar a la Fallera Mayor Infantil de Valencia, decir que tiene 15 trajes.
Menuda burrada de gasto, puedo pensar si me quedo en la superficie.
Pero lo que importa es el trabajo que genera entre fábricas de telas especiales, sastres, bordadores, diseñadores, artesanos,orfebres, modistas etc.
Sin olvidar restaurantes, orquestas, turismo, y unos días de jolgorio gratuito, para el visitante.
Hay toda una infraestructura montada alrededor de las fallas, gracias a la cual muchas familias tienen un sueldo seguro.
Las personas que no sienten la Fiesta de Fallas, se preguntan si es medio normal, gastar grandes sumas de euros, en un monumento de cartón piedra, que acabará quemado.
Yo no tengo intención de convencer a nadie, pero que cojan una calculadora, y empiecen a sumar beneficios que se han repartido y compartido entre los valencianos, cuando, parece, que todo acaba en la Nit de la Cremá.
Y esa noche no es más que el comienzo de un nuevo año de trabajo para todos los implicados en la fiesta.
Aunque a mi los petardos me vuelven histérica.
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1 comentarios:
a mí lo que me vuelve histérico son los niños petarderos de los cojones. Esos que van tirando petardos sin mirar a donde. El otro día me explotó uno a un palmo que habían tirado unas chiquillas en un sitio donde estábamos caminando bastante gente. Afortunadamente era pequeño pero las ganas de estrangularlas te vienen. Las mascletàs me encantan y el ruido incensante de petardos por todos lados cuando vas por la calle también.
Petardos sí. Niños petarderos de los cojones no.
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