La mona Chita nos dejó

Una pérdida irreparable de este casi finiquitado 2011.
Me caía bien Chita, aunque no la distinguia muy bien de otros peludos de su especie.
A mi en el planeta de los simios me parecían todos iguales como los chinos de China o los plañideros del dictadorzuelo Kim Jong-il, el de Corea del Norte, que la ha diñao y ya tiene heredero que es su hijo, un gordo con cara de bobo alucinado.
Que manera de llorar al tal Kim Jong-il, a lo mejor sino llorabas te cascaban al melón con la culata de un fusil, vete a saber que hacen los sádicos para divertirse.
Que descanse en paz , la mona Chita, forma parte de mi vida cinéfila, y era conocida de mi madre, que me decía que Johnny Weissmüller era el verdadero tarzán, pero yo prefería a uno más joven y rubio.
Para hacer de su muerte un enigma o misterio que a Chita la haga más grande, nos enteramos que no era mona era mono.
O simio, porque a gorila no llegaba de tamaño.
Que lista era Chita, sabía hacer de todo....